La osteopatía es una técnica, nacida en Estados Unidos, a finales del siglo XIX de la mano del Dr. Andrew Taylor Still. La osteopatía es el estudio de los efectos internos que vienen de la estructura. La osteopatía considera a la persona como un todo único e indivisible. La osteopatía se divide en 3 ramas: Estructural, visceral y sacro-craneal.

Estructural: El cuerpo a nivel articular, reajustando los desajustes provocados por una lesión.

Visceral: Esta parte de la osteopatía se centra en el nivel interno, su actuación es sobre los órganos, liberándolos de adherencias con otras estructuras internas, que causan dolor y mal funcionamiento del órgano afectado.

Sacro-Craneal: Es la parte más sensitiva de la osteopatía, reajusta el movimiento craneal, producido por el llenado y vaciado del liquido céfalo raquídeo.

La osteopatía trabaja primero liberando la tensión que produce el tejido blando ( músculos, tendones, ligamentos y fascias), sobre las estructuras óseas, con una serie de técnicas de masaje, preparando así el tejido blando para la manipulación articular pertinente. Después de liberar la tensión del tejido blando, se realiza la manipulación, que es un reajuste de la posición articular producida por la lesión.

Previo a este trabajo, se realiza un estudio de la persona para ver las zonas afectadas y el trabajo que se debe desempeñar para mejorarla.